Estaba andando por una calle solitaria cuando el viento
sopló detrás de mí, y pequeñas hojas naranjas, de esas que aun no están secas y
crujientes, sino que todavía conservan en su interior un cierto recuerdo, me
adelantaron rodando por los adoquines, mientras el pañuelo que llevaba al
cuello parecía también querer seguirlas. Me quedé parada. Esas hojas con tanta
prisa se parecían tanto a mí...
El orden, la rutina, lo monótono... siempre he detestado
todas esas cosas. Sin embargo cuando ha llegado a mi vida el cambio, el caos,
el desorden más absoluto, me he sorprendido a mí misma aferrándome a la aburrida
seguridad que me ofrecía aquello que aborrecía.
Pero no hace falta pasar mucho tiempo entre los árboles para
darse cuenta de que el cambio es el estado natural de las cosas. Las cosas se
rompen, caen, nacen, se arrastran,
se aferran, se dejan ir, matan, mueren.
Creo que por eso, cuando estoy en paz con la naturaleza, con
esa naturaleza verdadera lejana a estereotipos idílicos nacidos en la urbe, con
ese caos que no tiene nada de pacífico... todo lo demás deja de ser
problemático y adquiere su real magnitud minúscula, patética incluso.
Mi vida, como la tuya, ha estado llena de cambios. Unos en
apariencia absurdos cuyas raíces han resultado llegar al núcleo de la tierra,
otros en apariencia terribles que no han sido más que una ligera brisa. Otros
han sido francos y han cumplido con lo que su apariencia prometía. Unos los he
deseado, otros los he temido, unos los he buscado, otros simplemente, han
llegado. Quizá, a veces, como consecuencia del ligero batir de alas de una
mariposa... y a veces, como consecuencia del pausado batir de alas de un cuervo.
Con el tiempo, a todos esos cambios he aprendido a intentar
amarlos. No digo que lo consiga. Pero otra cosa que el bosque me ha enseñado,
es que temer al cambio, es temer a la vida, y qué agonía esa para alguien que
está vivo.
Y bueno... no sé cómo concluir esto.
....
¡Nos vemos en la próxima entrada!
Dear Laura. Thanks for sharing again your nice photos and wise thoughts. :-)
ReplyDeleteThinking about a music fitting this post, even after 300 hundred years, it is difficult to find something that transmits the idea of change better than the Four Seasons of Vivaldi. Enjoy!
PS: As an urban bird, I must admit that the video fits your idea of the urban idealization of the nature :-D .... however this can barely balance the tension created by Vivaldi, specially at the end of the Summer ;-)
Glad to see you again around this breadcrumbs!! :'D I was already missing your thoughts and music haha... By the way, you chose a really appropiate one herel
DeleteThanks for visiting
Time flies faster than me! :D ... but then I noticed this scent of fresh made bread in the air ... yummy, yummy! Impossible to resist!! That's indeed a superpower! ;D
ReplyDeleteQué cierto y qué fotos más bonitas :)
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