Tuesday 3 April 2018


Hoy se ha celebrado en Teruel lo que se conoce como el Sermón de las Tortillas. Básicamente y traducido a efectos prácticos, consiste en una fiesta en la que la familia y/o amigos se juntan y se van a la naturaleza a comer. Las fiestas basadas en el comer son una cosa que pienso que debemos tomarnos muy en serio. 


Yo me he reunido con una buena amiga a la que veo pocas veces, o no tantas como me gustaría. Anduvimos por los montes poniéndonos al día, haciendo fotos y compartiendo manjares varios como maíces y Lacasitos. También, nos hemos dedicado a la importante labor de no hacer nada, sentadas en suntuosos tronos (aka sillas plegables), a mitad de camino del sol y a mitad de camino de la sombra.



En mi apretada agenda estudiantil, la mayor parte de los días de estas vacaciones están repletos de tareas y trabajos. El de hoy era uno más. ¡Todos estamos tan ocupados siempre! Menos mal que aún hay veces, no todas; que sé ponerme freno a mí misma y rehacer planes. O más bien deshacerlos.



Hace unas semanas, pasé la rutinaria crisis existencial del estudiante de final de año. Al principio era algo incluso novedoso y emocionante, pero ahora ya solo supone un incordio más, como quien va a la revisión anual del dentista. Aquí donde me leéis, que parece todo tan hippie-bohemio, suelo ser el tipo común de persona que adora tener todo bajo control. Lo de aceptar la incertidumbre suena muy poético, pero creo que tiene esa poesía precisamente porque mi cerebro no lo comprende muy bien.



Sin embargo, hay momentos específicos, concretos, solitarios; en los que todo parece tener sentido y estar bien y ser lo que debe ser, porque simplemente estoy respirando y estoy viva y no necesito nada más. Hallar esos momentos de presente perfecto en los bosques de los montes, quizá sea más sencillo sin embargo que hallarlos en los bosques de las propias entrañas.


Como sea, quizá se trate de entender lo que es esencial. Desde que vivo aquí, creo que siento los años y las estaciones de manera diferente. Pese a que la última nevada fue solo apenas unos días atrás, la primavera es ya imparable. La luz de los días ha comenzado a ganar la batalla de los atardeceres, y muchos árboles ya han florecido.


Siempre me ha gustado el invierno, pero este se me ha hecho especialmente largo. Nunca había deseado tanto que llegara la primavera. Eso me hace agradecer los rayos de sol cuando éste instaura su reinado, y luego, la lluvia y la nieve cuando al fin llegan. Aceptar los ciclos que están ocultos bajo la materia y mueven lo invisible. Comprender que todo cambia y se renueva y muere y nace de nuevo.

 Darle nombre, y a veces también apellidos, a lo que de verdad importa.


PD: ahora tengo una nueva planta que cuidar y que hará compañía a mi cactus. Ha sido bautizada como Alcachofo.

PD2: ¡Si coméis por el monte, luego dejadlo todo bien limpio! :P






2 comments:

  1. Thanks a lot again for your thoughts and your nice photos.

    This post deserves a nice music like the "Fantasia on a Theme of Thomas Tallis" by Ralph Vaughan Williams.

    Enjoy the Spring and ....Alcachofo! :-)

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    1. Hahaha, sure I will!! :PP

      Thanks to you for always being there to read them and watch them. :)

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